

PIETRO SELVATICO
Contra el Eclecticismo propugnado por Felice Pigeory (1854)
Uno, si no de los más importantes al menos de los más extravagantes, de los intentos de novedad lo plantea el señor Felice Pigeory en una disertación suya que tituló Etat de I'Architecture Moderne (Venecia, 1847). ... veamos la receta que nos ofrece el señor Pigeory para componer algo nuevo en arquitectura. Después de haber dicho, con mucho juicio, que el arte nada ganó con tanto estudiar las ruinas de Roma; después de haber dicho, con más juicio aún, que la educación de los arquitectos debe dirigirse a todos los estilos de arquitectura, sale con esta, como dirían los franceses, boutade: «Si los diferentes estilos arquitectónicos se sucedieron unos a los otros; si avanzaron unos a costa de otros; si la escuela romana enriqueció a la griega con el arco de medio punto y dos nuevos órdenes (precisamente al contrario, señor Pigeory); si el estilo románico creó el arco ciego, memoria confusa de contornos moriscos o de los bizantinos; si, en fin, en el estilo gótico, cuyo tipo es el arco apuntado, no repugna nada poner sobre capiteles corintios sus pináculos calados, y las nervaduras de sus bóvedas, me parece difícil que del choque de estas piedras divinas no salga una viva luz que será el arte, o mejor, el estilo particular de nuestro siglo, y que yo llamaría de buena gana la arquitectura compuesta», y yo, con la misma buena gana que vos, señor Pigeory, arquitectura babélica; porque de hecho dudo que pudiera haber una confusión mayor de elementos y de lenguajes en la famosa torre. (...)
¡Qué espectáculo tan seductor debería ser el de hallar en el mismo edificio el gótico reposando sobre el corintio griego, el arco árabe sobre el dórico del Partenón, los pináculos de la catedral de Colonia sobre los rizos de Guarini y Juvarra!
L. AVRAY
Un himno al Eclecticismo
Lejos de merecer la crítica de estar siguiendo la moda, nunca el arte se ha expresado con más independencia que ahora, y ésta será la honra de nuestra época: que acoge todos los estilos, todos los géneros, todas las maneras, porque siendo la actual educación artística más completa y más difundida, se aprecia mucho más la belleza de cada obra y de cada estilo, mientras que antes todo lo que no estaba de acuerdo con el gusto del día, era despreciable y rechazado. En aquellos tiempos se tenía tan poco respeto por los estilos pasados de modo que un arquitecto encargado de restaurar la fachada de una iglesia gótica no dudaba en reconstruirla en otro estilo, griego o romano. Actualmente, en cambio, el arte ya no tiene modas; no sólo todos los edificios antiguos se restituyen a su estado primitivo con un conocimiento y erudición que es honra de nuestros artistas, sino que vemos a un mismo arquitecto construir aquí una iglesia renacentista, allá una iglesia románica, más allá un ayuntamiento en estilo Luis XIV y un templo gótico; otro arquitecto construye en el mismo barrio una casa Luis XV, un cuartel Luis XIII, un palacio de justicia en bellísimo estilo neogriego.
CAMILLO BOITO
Crítica a los nuevos edificios eclécticos (1866)
Es evidente en ellos la lujuria de lo nuevo. Ningún estilo se dejó en paz: se intentó todo, desde la pirámide egipcia hasta el chalé suizo. Pero cuando el único fin del arte es lo nuevo, hay tres cosas que nunca se consiguen: lo bello, lo oportuno, lo nuevo. Aquí un sombrío frontispicio dórico, apoyado en cuatro gruesas columnas; allá una logia sostenida por esbeltas columnitas de hierro; aquí el arco Tudor, allá el arco apuntado... Y todo, salvo alguna rara excepción, sin ningún propósito. No hay otra guía que el carácter extravagante de¡ propietario o el genio charlatán del arquitecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario