sábado, 27 de septiembre de 2008

ENSEÑANZA ACADÉMICA

01 de octubre de 2008







Jean-Nicolas-Louis Durand. Précis des leçons d’architecture (Compendio de lecciones de arquitectura) 1809

La arquitectura es el arte de componer y de realizar todos los edificios públicos y privados... 

Así, conveniencia y economía son los medios que deben emplear naturalmente la arquitectura y las fuentes de las que debe extraer sus principios, que son los únicos que pueden guiarnos en el estudio y en el ejercicio de este arte. 

En principio, para que un edificio sea conveniente es preciso que sea sólido, salubre y cómodo. 

Será sólido si los materiales que se emplean son de buena calidad y están repartidos con inteligencia...

Será salubre si está colocado en un lugar sano, si su superficie o su pavimento están elevados por encima del suelo y protegidos de la humedad...

Por último, será cómodo, si el número y el tamaño de todas sus partes, si su forma su situación y su disposición están en la relación más exacta con su destino...

Un edificio será tanto menos costoso cuanto más simétrico, más regular y más simple sea.

Ya sea que se consulte la razón, o sea que se examinen los monumentos, es evidente que el agradar no ha podido ser nunca el objetivo de la arquitectura ni la decoración arquitectónica ser su objeto. La utilidad pública y privada, la dicha y la conservación de los individuos y de la sociedad, son como hemos visto desde el principio, el objetivo de la arquitectura.

Pero aún se podría decir que puesto que hay edificios que se admiran o que se desprecian con razón, hay pues bellezas y defectos en la arquitectura: entonces la arquitectura tendrá que buscar unos y otros y evitar los otros, podrá por consiguiente agradar, y aunque éste no sea su fin principal, deberá por lo menos tratar de unir lo útil con lo agradable.

Estamos lejos de pensar que la arquitectura no puede agradar; al contrario, decimos que es imposible que no guste cuando es tratada según sus verdaderos principios.


Antoine-Chrysostome Quatremère de Quincy para la Enciclopedia Metódica Tema Arquitectura, volúmen 3, 2ª parte París 1825

TIPO viene de la palabra griega Typos, la cual expresa en general (y por lo tanto es aplicable a muchos sesgos y variaciones de la misma idea) lo que uno entiende por modelo, matriz, impresión, molde, figura en relieve o en bajo relieve…
La utilización de la palabra type, en francés, es, a menudo, menos técnica y más metafórica. Esto no quiere decir que no se le aplique a ciertas artes mecánicas como, por ejemplo, en la palabra tipografía. También se la usa como sinónimo de modelo, aunque entre las dos hay una diferencia que es fácil de entender.
La palabra TIPO presenta menos la imagen de una cosa a copiar o imitar completamente, que la idea de un elemento que debe servir él mismo, como determinante para el modelo. Por lo tanto, uno no debería decir (o al menos sería un error decirlo) que una estatua, o la composición de un cuadro terminado, haya servido como el tipo para la copia que uno ha hecho. Pero cuando un fragmento, un bosquejo, el pensamiento de un maestro, una descripción más o menos vaga, han originado una obra de arte, uno dirá que el TIPO le ha sido provisto por tal o cual idea, motivo o intención.
El modelo, como se lo entiende en la ejecución práctica del arte, es un objeto que debería ser repetido tal como es; el TIPO, al contrario, es un objeto a partir del cual cada uno (cada artista) puede concebir obras de arte que pueden no parecerse entre sí.
Todo es preciso y fijo en el modelo; todo es más o menos vago en el TIPO. Al mismo tiempo vemos que la imitación de los tipos es algo que el sentimiento y el intelecto pueden reconocer y algo a lo cual se le puede oponer, por perjuicios y por ignorancia.
Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Arquitectura. En todos los países, el arte de la construcción corriente nace de una fuente preexistente. Todo tiene que tener un antecedente.
Nada, en ningún género, viene de la nada y esto debe aplicarse a todas las invenciones del hombre.
También vemos que todas las cosas han conservado, a pesar de los cambios subsiguientes, este principio fundamental, de modo que es evidente al sentimiento y a la razón; que es como una especie de núcleo acerca del cual se coleccionan y al cual van coordinados en el tiempo, los desarrollos y variaciones de las formas a las cuales es susceptible el objeto. Así hemos desarrollado miles de cosas en cada género; y una de las ocupaciones principales de la ciencia y de la filosofía, para entender las razones que las explican, consiste en descubrir su origen, su causa primitiva. Esto es lo que debe llamarse TIPO en Arquitectura, así como todo otro campo de las invenciones y de las instituciones humanas.

 

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